Este año celebramos los vigésimo primeros encuentros del Restaurante Alfonso Mira, una cita imprescindible en el panorama gastronómico de nuestro país. El éxito de estos encuentros se explica, en gran medida, por la tenacidad y el generoso esfuerzo de la familia Alfonso Mira. Una generosidad que les lleva a realizar cientos de kilómetros cada año recorriendo la península de norte a sur en busca de la singularidad de una receta, la calidad de un producto o el talento de un cocinero emergente, y todo ello con el único propósito de hacer disfrutar de una experiencia única a clientes y amigos en unas memorables jornadas. Un ejemplo de dedicación que define a una familia a la que considero una inspiración en lo profesional, pero más aún si cabe en lo personal. Al igual que ellos he crecido en los límites borrosos que traspasan la hostelería y la familia, vivir siempre en el difícil equilibrio entre la pasión y la precisión. Al igual que mis compañeros de Alfonso Mira, no entendería la una sin la otra.

La primera vez que tuve la suerte de estar invitado a su mesa comprendí al instante, en la mirada cómplice de unos orgullosos padres, en la tensión imperceptible de un perfeccionista y cercano Maestro de la Sala o en el titánico esfuerzo de un talentoso Chef, que el oficio había elegido a esta familia y no viceversa. Y esto, créanme, sólo ocurre en honrosas excepciones. Disfruten de la hospitalidad al servicio de los sentidos, disfruten de otras memorables Jornadas Gastronómicas en ALFONSO MIRA.

Javier Andrés Salvador

Premio Nacional de Gastronomía a la Dirección de Sala

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